Ana Mendoza
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EFE
El texto básico de la nueva “Ortografía de la lengua española”, una de las grandes obras de referencia de los hispanohablantes, ha sido aprobado esta semana por la Comisión Interacadémica de la asociación que agrupa a estas instituciones, y su contenido no será definitivo hasta que lo ratifiquen los máximos responsables académicos el próximo día 28 en Guadalajara (México).
“Previsiblemente no habrá cambios sobre ese texto”, afirmaba hoy en una entrevista con EFE Salvador Gutiérrez, director de esta gran obra panhispánica, que tendrá más de 800 páginas y que Espasa publicará antes de Navidades.
Los cambios
Entre las novedades introducidas figuran también la supresión de la tilde en la conjunción “o” entre cifras (5 o 6). Y deberá escribirse “exministro”, “exnovio”, y no “ex ministro” o “ex novio”.
Habrá que decirle adiós al “ex cáthedra” o al “deus ex máchina”. Los latinismos y las locuciones latinas serán tratados como extranjerismos puros y duros y, en aquellos casos en que no se hayan adaptado a las normas ortográficas del español, se escribirán en cursiva y sin tilde: “ex cathedra”, “casus belli”, “deus ex machina”.
En la nueva edición, las Academias dan un paso más en la decisión, adoptada hace ya años, de no tildar el adverbio “solo” ni los pronombres demostrativos “incluso en casos de posible ambigüedad (“voy solo al cine” o “llega esta tarde“), “pero no se condena su uso si alguien quiere utilizar la tilde”.
El uso de la “q”
Además, se ha acordado que la escritura con “q” de algunas palabras (Iraq, Qatar, quásar, quórum) representa “una incongruencia con las reglas”. Para evitarla han decidido escribirlas con “c” o con “k”, según los casos: Irak, Catar, cuásar y cuórum. Quienes prefieran la grafía originaria, tendrán que hacerlo como si fueran extranjerismos crudos y escribirlas en cursiva y sin tilde.
La Ortografía es un material altamente sensible y cualquier reforma puede “ser problemática”. Las Academias de la Lengua Española lo saben de sobra y han procurado ser prudentes en los cambios, ya que se trata de normas y reglas aprendidas en la niñez “con gran esfuerzo”, de tal manera que, si una palabra “pasa a escribirse sin tilde o con ella, es como si nos arrancaran algo propio de nosotros mismos”, subraya Gutiérrez.
La Ortografía, señala Salvador Gutiérrez, “es el único código común a todos los países hispanohablantes. Nosotros podemos leer, casi como tuvieran la misma voz, a Neruda, Borges, Vargas Llosa, Cortázar, García Márquez u Octavio Paz, y eso es un bien enorme, cultural, económico y educativo”.
Novedades también con el prefijo “ex-”, que se escribirá unido a la base léxica si afecta a una sola palabra: “exmarido”, “exministro”, “exdirector”, y continuará escribiéndose separado cuando preceda a palabras compuestas: “ex capitán general”.














Este árbol en miniatura inicia su historia en China. Las referencias sobre bonsáis más antiguas que existen se han hallado en unas pinturas de la dinastía Tang (618- 906). En ellas, se podían contemplar bellas reproducciones de pinos, ciruelos, cañas de bambú y sageretia. En esta época eran conocidos como 'Pen- Jin'. En la antigua China existían dos formas de cultivar el bonsái. En el sur del país se intentaba emular a la naturaleza. Por lo tanto, se criaban exclusivamente los ejemplares hallados en el monte que eran conservados con su apariencia natural. No se usaba el alambre para transformarlos, únicamente se recurría a la poda. Sin embargo, en el norte se hacía lo posible por lograr formas armoniosas, aunque distaran de las originarias.
Los aristócratas japoneses se centraron en las especies inusuales y durante el período Edo (1615- 1876) surgió interés por los bonsáis que presentaban formas grotescas. A finales de esta etapa cambió la concepción de esta planta y, de nuevo, se convirtió en inspiración para poesías y grabados.










