Las algas constituyen la mayor vegetación de la flora marina, existiendo más de veinte mil variedades en los océanos, de las cuales, sorprendentemente, sólo se utilizan alrededor de una veintena para tratamientos estéticos. Estas plantas sin raíz, deben su color a la cantidad de luz que reciben, siendo muy apreciadas por su riqueza en sales minerales. Los “bosques marinos” de algas que viven en las frías aguas de la Bretaña Francesa son además un concentrado vitamínico que mejora el sistema nervioso y alivia el estrés.
Al igual que el agua marina, las algas tienen una concentración muy similar al plasma sanguíneo y entre sus múltiples acciones está el efecto sobre el metabolismo, ya que las sustancias activas de las algas facilitan la eliminación de toxinas por la vía renal y alivian el cansancio y el agotamiento. Su influencia sobre el sistema nervioso se debe a que los principios activos depositados en la piel estimulan las terminaciones del sistema nervioso.
El poder drenante y purificante de las algas favorece el adelgazamiento, mejora la circulación sanguínea y linfática y elimina toxinas. El iodo juega un papel importante en la regulación de la glándula tiroidea.
Un kilo de algas en polvo contiene tanto iodo como 10.000 litros de agua marina. No es extraño, teniendo en cuenta que las algas concentran en más de 500 veces los elementos esenciales de la vida: sales minerales, magnesio, calcio, potasio, vitaminas y ácidos. Todos estos oligoelementos son importantes para combatir enfermedades como reuma, obesidad o insuficiencia tiroidea.
Utilizadas a través de la hidroterapia, estas sustancias devuelven vitalidad a las células y mejoran y tonifican la circulación sanguínea. Gracias a la histamina se produce una vasodilatación y sudoración con la consiguiente eliminación de toxinas a través de la piel.
En estética, las algas son muy eficaces a la hora de combatir la celulitis, ya que distribuyen los nutrientes, estimulan las glándulas secretoras y limpian el sistema linfático a través de la eliminación del ácido úrico.
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